“La intervención turca en los territorios kurdos del norte de Siria pone en peligro una gran experiencia de democracia horizontal y autogestión”
18/02/2020 - 11:57
Entrevista. Hablamos con Massoud Sharifi Dryaz, profesor asociado de la UAB e investigador de CER-Migracions. Es de origen kurdo y vive en Barcelona desde hace cinco años.
Massoud Sharifi Dryaz es un kurdo procedente de Irán, uno de los cuatro países en que se divide el Kurdistán original, de donde se marchó hace más de diez años para estudiar en París. Allí cursó un doctorado en sociología, y lleva cinco años viviendo en Barcelona. Desde la posición de profesor asociado en la Facultad de Sociología de la UAB, este experto en migraciones nos habla de lo que sabe de primera mano del Kurdistán, como los desplazamientos de población entre los diferentes países con población kurda, y de los estudios que ha realizado sobre movimientos sociales.
Cuando estudiabas los movimientos sociales kurdos, ¿encontraste paralelismos con movimientos europeos?
Dediqué mi tesis a los diferentes niveles de implicación en los movimientos sociales kurdos, que van desde la entrada en una asociación hasta la lucha armada. Y especialmente a cómo afectaban estas formas de compromiso las vidas personales y la sociedad en general. En definitiva, quería estudiar por qué la gente se moviliza y se desmoviliza, y cómo lo hace. Lo que observé es que la inexistencia de unos espacios democráticos donde poder expresarse libremente lleva a decisiones de entrada y salida de los movimientos sociales diferentes de las que se dan aquí. En Europa el concepto de movimiento social está muy restringido a unas características específicas, pero en contextos de opresión toma unos caminos diferentes.
¿Cómo se vive la identidad kurda cuando está dividida en cuatro países (Irak, Irán, Siria y Turquía), cada uno de los cuales muestra una tolerancia diferente hacia esta identidad? ¿Las personas kurdas se movían de acuerdo con el grado de libertad de expresión de cada país?
Antes de entrar en esta cuestión, quiero aclarar que el Kurdistán no ha sido nunca un estado, pero desde hace miles de años el territorio kurdo ha sido identificado como tal por los otros pueblos de su entorno. Después de la Segunda Guerra Mundial, cuando hay movilizaciones kurdas, estas movilizaciones se producen en casi los cuatro estados, pero sin mucha conciencia de las fronteras. No era un solo movimiento, sino diferentes actores con pretensiones diferentes pero que mantenían el contacto, porque las fronteras de aquella época eran mucho más líquidas o flexibles.
Al final de los años ochenta, cuando se produjo el genocidio kurdo en Irak, donde fueron asesinadas más de ciento ochenta mil personas, muchas personas que huían llegaron a Irán. Allí encontraron en las familias kurdas iraníes un techo y comida durante un largo periodo de tiempo.
En definitiva, se trata de movimientos marcados por conflictos muy duros. Si no son perseguidos, los kurdos están muy arraigados en su territorio y no cambian de zona fácilmente.
Los colectivos kurdos se han ido dotando de otros mecanismos de protección y autoprotección, como el apoyo comunitario, la ayuda mutua o el control de los territorios
Y si hablamos de Siria, ¿la experiencia de la “Revolución de Rojava” qué orígenes tiene?
Creo que tiene una relación muy próxima con la relación histórica de los kurdos con los estados. Para el pueblo kurdo el estado no ha representado nunca lo que se supone que tiene que ser, un ente que nos proporciona seguridad, al contrario. Así, los colectivos kurdos se han ido dotando de otros mecanismos de protección y autoprotección, como el apoyo comunitario, la ayuda mutua o el control de los territorios. Y la autogestión y las formas de gobernarse que se han desarrollado en Rojava durante estos años también tienen orígenes lejanos: ya entre los siglos XII y XVII, los emiratos kurdos se organizaban de manera descentralizada, colaboraban entre ellos, pero tenían una autonomía completa. De todos modos, también quiero insistir en el hecho de que la mayoría de los movimientos kurdos son de base de izquierdas, y cuando ha habido las herramientas para controlar y gestionar un territorio como en Siria, es normal que se haya llevado a cabo con esta horizontalidad y participación de la gente.
A partir de los años sesenta y setenta las mujeres kurdas empiezan a entrar en los movimientos sociales kurdos
Con respecto a la movilización de las mujeres kurdas, ¿cómo explicas la preeminencia de las mujeres en la lucha precisamente en un entorno poco feminista, para decirlo de alguna manera?
Me lo preguntan a menudo, y tengo una hipótesis que estoy intentando demostrar a través de mis estudios. El pueblo kurdo no respeta especialmente los derechos de las mujeres, al contrario, las mujeres kurdas están oprimidas. Pero las características de la economía del Kurdistán hacen que las mujeres tengan mucha más presencia en la esfera pública que el resto de pueblos del Oriente Medio. Se trata de una zona muy agraria, y las mujeres participaban en las tareas del campo, a la vez que se ocupaban de los trabajos de cuidados, por supuesto.
Por último, hay una parte que proviene de la renovación ideológica marxista de los años sesenta y setenta. A partir de aquellas décadas las mujeres fueron entrando en los movimientos sociales y de lucha kurdos. La voluntad de las mujeres de entrar en el espacio tradicionalmente de los hombres choca contra la discriminación que sufren. Pero con el tiempo y el incremento del número de mujeres dentro de los movimientos, se van haciendo fuertes y empiezan a cuestionar cómo son tratadas y a reivindicar su lugar en los espacios de decisión. Así, cuando surge la Revolución de Rojava, ya había una potente base de mujeres kurdas que se comprometieron con ella, y también con la guerra, en primera fila.
¿En qué situación se encuentra esta organización democrática y feminista con la intervención turca en los territorios del norte de Siria?
No quiero ser muy pesimista, y por eso no quiero decir que no hay esperanza, pero es cierto que, cuando una estructura no está legitimada por un estado, es difícil hacerse oir, y por lo tanto, hay muchos avances en peligro. En general diría que la intervención turca en los territorios kurdos del norte de Siria pone en peligro una gran experiencia de democracia horizontal y autogestión.
¿Qué futuro prevés para el pueblo kurdo?
Hoy en día los estados tienen cada vez más dificultades para mantener las opresiones con las herramientas tradicionales. La existencia de una sociedad civil global, gracias a la comunicación digital, hace que la causa kurda, como otras causas, se extienda lejos de las fronteras del conflicto. En Barcelona, por ejemplo, aunque en la ciudad solo hay entre ochenta y cien personas kurdas, existe una comunidad mucho más extensa, porque muchos barceloneses nos apoyan y se movilizan aquí con nosotros y por nosotros.
El problema que tiene el sistema de acogida es que desresponsabiliza las administraciones
¿Qué te parece como sociólogo el sistema de acogida español?
Brevemente, creo que el problema que tiene el sistema de acogida es que desresponsabiliza las administraciones. El hecho de que las competencias sean del Estado español pero la atención y la acogida real sean locales y se efectúen a través de entidades acaba alejando mucho los centros de decisión real de las situaciones de las personas solicitantes de protección internacional y, por lo tanto, diluye las responsabilidades.