¿Cómo hablan los medios de comunicación de la trata de seres humanos?

¿Cómo hablan los medios de comunicación de la trata de seres humanos?

18/12/2019 - 13:28

Redacció

Periodismo social. Terminologías erróneas, cifras no exactas, conceptos no contrastados: el periodismo afronta muchos retos cuando tiene que comunicar la trata de seres humanos y otras violaciones de los derechos humanos.

El tratamiento que hacen los medios de comunicación de temáticas delicadas, como los derechos humanos y sociales, es una cuestión que preocupa a las entidades que trabajan con ellas. Se mueven en el dilema de la necesidad de ser noticia para sensibilizar y atraer la atención sobre las problemáticas para que las administraciones y la sociedad actúen, y la exigencia de que la información sea verídica y no sensacionalista. Por este motivo, SICAR cat, entidad especializada en la atención a las víctimas de la trata de seres humanos, ha organizado una jornada con periodistas donde, más allá de explicar los conceptos básicos para clarificarlos, ha propuesto una serie de aproximaciones al fenómeno de la trata, como terminología, imágenes, cifras y otros contenidos, que, de hecho, son aplicables a otras temáticas sociales y de derechos humanos.

Primero, la terminología adecuada

Para empezar, comenta Rosa Cendón, coordinadora de relaciones institucionales e incidencia de SICAR cat, “el término tràfic d’éssers humans (TEH), en catalán, ya se confunde a menudo con el contrabando. El primero tiene como objetivo la explotación sexual o laboral, la obligación de realizar actividades delictivas, la extracción de órganos o la celebración de matrimonios forzados, entre otros. El segundo hace referencia a la acción de facilitar la entrada ilegal de personas por vías no habilitadas”.

“Pero el problema de terminología no termina  aquí: en castellano el TEH se denomina trata de seres humanos, y el tráfico de seres humanos es el contrabando. Y si vamos al inglés, el tráfico es trafficking y el contrabando es smuggling. En fin, que solo para aclarar esto ya se necesita hacer un gran esfuerzo”.

Por no hablar de expresiones que desde ciertos medios se utilizan por defecto, sin prestar atención a qué quieren decir en realidad, como es la trata de blancas. Obviamente hace referencia a un fenómeno muy antiguo de cuando se secuestraban a mujeres europeas para llevarlas a otros lugares del sur, fenómeno que ahora más bien es a la inversa y, de hecho, muchas de las personas hoy traficadas son negras. Aun así, todavía es un término que se utiliza a menudo.

Cuidado con las cifras

Otro de los retos con los que se encuentran las y los periodistas a la hora de informar sobre la trata de seres humanos es el baile de cifras, sobre todo cuando la política necesita sacar réditos de algunas actuaciones. Las cifras pueden ser manipuladas o explicadas de forma que parezca que la trata es de un determinado volumen o de otro. Por ejemplo, explica Cendón, oímos declaraciones de políticos para los que todas las mujeres que ejercen la prostitución son víctimas de la trata y, por lo tanto, el volumen es muy alto. Para otros, en cambio, solo cuentan como traficadas aquellas personas que han sido obligadas con violencia.

Las cifras oficiales, por otra parte, no llegan a ser exactas por la dificultad de la situación de las víctimas: muchas no están detectadas, algunas denuncian, otras no; aparte, que requeriría una integración de los criterios de los diferentes países que ahora mismo no existe.

“Tendemos a pensar que la explotación solo tiene una forma, la sexual, obviando la explotación laboral, los matrimonios forzados y el tráfico de órganos”

Mitos y conceptos establecidos

Laia Virgili, responsable de comunicación de SICAR cat, dice que otro reto es evitar algunos de los mitos más arraigados cuando se trata de hablar de la trata de seres humanos, como que las víctimas de la trata siempre son mujeres y niñas, extranjeras y en situación administrativa irregular o que tienen un bajo nivel de estudios, entre otros.

También advierte que tendemos a pensar que la explotación solo tiene una forma, la sexual, obviando la explotación laboral, los matrimonios forzados y el tráfico de órganos, entre otros. Todas implican violencia y violación de los derechos humanos.

Con respecto a conceptos que se suelen confundir cuando se escribe o se habla de la trata de seres humanos, Virgili destaca los de víctima potencial versus víctima detectada versus víctima identificada. Y, por otra parte, el paso de víctima a superviviente. En este sentido, el calificativo de superviviente es la manera de evitar describir constantemente a las personas que han sufrido este tipo de violencia (o otros) en una situación negativa y de desempoderamiento.

Como periodistas, tenemos que buscar narrativas más allá de la “víctima ideal”

Decálogo para informar

Con el objetivo de dar herramientas a los y las periodistas que tienen que cubrir acontecimientos o investigar sobre la trata de seres humanos, el equipo de SICAR cat propone un decálogo del cual destacaríamos lo siguiente: recurrir a fuentes expertas (personas, entidades y administraciones), hacer un buen uso de las imágenes, evitar sensacionalismos y buscar narrativas más allá de la víctima ideal (podemos tener testigos de víctimas potenciales, por ejemplo, que pueden ser tan informativos como los de víctimas que han sufrido la violencia), entre otros. Con este afán de ofrecer instrumentos, la entidad también creó un perfil de Twitter, @SicarCatPress, para periodistas, desde el cual transmiten información, pero también dan “toques” de atención a medios cuando consideran que no están comunicando con cuidado.

La trata de seres humanos es seguramente una de las temáticas más complicadas para trabajar en los medios de comunicación y quizá por eso las reflexiones y las propuestas de la jornada organizada por SICAR cat se pueden extender a la mayoría de temáticas sociales y de derechos humanos: la necesidad de fuentes expertas y mucho cuidado con la terminología y las imágenes.